Transición hacia PBC
OpenAI confirmó que mudará su estructura actual a la de una Corporación de Beneficio Público (PBC, por sus siglas en inglés). El objetivo es salvaguardar su misión de garantizar que la inteligencia general artificial (AGI) beneficie a toda la humanidad. De esta manera, la empresa podrá emitir acciones con términos convencionales y, al mismo tiempo, estará obligada a mantener un interés de beneficio público. Esta evolución permitiría recaudar capital con mayor facilidad, un paso crucial para el desarrollo de su tecnología de IA.
Misión y crecimiento
La organización destaca que su misión original sigue siendo prioritaria, pero la transición busca adaptarse a las exigencias de un panorama tecnológico más amplio. OpenAI señala que, ante el creciente uso de chips, centros de datos y sistemas de inteligencia artificial, se necesita un modelo que fomente la colaboración con inversores sin perder de vista un enfoque ético y social. Gracias a la reestructuración, el brazo sin fines de lucro recibiría acciones valoradas por asesores independientes, lo que reforzaría proyectos con visión caritativa y de investigación avanzada.
Controversias con Musk
El multimillonario Elon Musk, uno de los cofundadores de OpenAI, ha expresado su rotundo rechazo a esta transición, presentando una orden judicial para frenarla. Según Musk, la empresa ha abandonado su misión filantrópica y ha cerrado el paso a otros competidores como su propia firma, xAI. OpenAI, por su parte, tilda las acusaciones de infundadas y argumenta que Musk busca obstaculizar el proceso por motivos personales y financieros, creando una tensa disputa pública.
Desacuerdo de Meta
Además de Musk, Meta, la empresa matriz de Facebook y competidora en el sector de IA, ha manifestado su apoyo a los esfuerzos para bloquear la conversión de OpenAI en una PBC. Meta asegura que si se permite este cambio, las organizaciones sin fines de lucro podrían reclamar beneficios propios de empresas for-profit, generando ventajas fiscales desproporcionadas. Esta fricción ilustra cómo la competencia en el mercado de la IA se extiende más allá de la tecnología y alcanza aspectos regulatorios y de estructura corporativa.
Impacto en inversionistas
En su última ronda de inversión, OpenAI recaudó 6.600 millones de dólares con una valuación de 157.000 millones, pero aún anticipa pérdidas de 5.000 millones este año. Para garantizar rendimientos a sus inversionistas, la compañía se ve obligada a concluir su transición for-profit, generando polémica en torno a los términos de sus licencias y la determinación de cuándo su tecnología alcanza AGI. Incluso Microsoft, uno de sus principales socios, mantiene un acuerdo interno sobre lo que consideran “inteligencia general artificial”. Paralelamente, OpenAI impulsa el uso de chat gpt en español, demostrando su interés en llegar a una audiencia hispanohablante cada vez más amplia.