Contexto del caso
El juicio arrancó esta semana en Washington, con el Departamento de Justicia (DOJ) y 14 estados acusando a Google de proteger —y ahora ampliar— su monopolio de búsqueda mediante acuerdos exclusivos y el despliegue de funciones de inteligencia artificial. Las autoridades alegan que la compañía ha construido un “ecosistema cerrado” donde su navegador Chrome, su sistema operativo Android y su nuevo modelo Gemini se refuerzan entre sí para mantener cautivo al usuario final.
Exigencias del gobierno
La demanda solicita medidas estructurales: la venta de Chrome, la obligación de licenciar resultados de búsqueda a rivales y la anulación de contratos que hacen de Google el motor predeterminado en dispositivos Apple y Samsung. Si estos remedios resultan insuficientes, el DOJ plantea la posibilidad de separar Android como una filial independiente, replicando precedentes históricos como Standard Oil y AT&T.
Respuesta de Google
La empresa argumenta que las propuestas “castigarían la innovación” y perjudicarían a consumidores que disfrutan de servicios integrados y gratuitos. Sus abogados sostienen que la IA de Gemini “no forma parte” del mercado de búsqueda analizado en la querella, y que eliminar los pagos a socios como Mozilla pondría en riesgo proyectos de código abierto. Google ya anticipó una apelación en caso de perder el proceso.
IA como factor decisivo
Para los reguladores, la irrupción de la IA generativa cambia las reglas del juego: los modelos se nutren de datos capturados gracias al dominio de Google y, a su vez, redirigen tráfico al buscador. Testigos como Nick Turley, responsable de producto de ChatGPT, afirman que este “ciclo de realimentación” dificulta que nuevas plataformas de IA logren masa crítica. El tribunal deberá decidir si la tecnología emergente justifica sanciones más agresivas.
Posibles efectos en la industria
Un fallo contra Google podría abrir el mercado a motores alternativos, startups de IA y navegadores independientes. Analistas prevén que Apple, Amazon y Meta adapten sus estrategias, mientras gobiernos europeos miran el caso como referencia para futuras regulaciones. No obstante, dividir activos tan interconectados conllevaría retos técnicos y legales que podrían prolongar la incertidumbre durante años.
Próximos pasos
El juicio continuará varias semanas con testimonios de ejecutivos de Apple, Samsung, Mozilla y Verizon. Tras el veredicto de primera instancia, se esperan apelaciones que podrían llegar hasta la Corte Suprema. Entretanto, la discusión sobre cómo regular la IA, plataformas como Chat GPT y preservar la competencia tecnológica seguirá en la agenda de legisladores tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea.