El experimento personal con la IA
Para probar su capacidad, se planteó la pregunta “¿Cuál es la mejor forma de combatir el envejecimiento?” a ChatGPT, Copilot, Claude AI y Gemini, sin proporcionar datos médicos personales. Cada modelo ofreció consejos generales, desde hábitos saludables y dieta equilibrada hasta manejo del estrés y ejercicio, pero ninguno adaptó sus recomendaciones a circunstancias individuales ni mencionó contraindicaciones específicas.
El enfoque de Bryan Johnson
El multimillonario Bryan Johnson va más allá y ha convertido su búsqueda de longevidad en una especie de religión llamada “Don’t Die”. Johnson alimenta sus datos corporales en un algoritmo que actualiza con evidencia científica, con la esperanza de que el modelo llegue a diagnosticar y proponer tratamientos mejor que un médico. Su experimento refleja cómo la IA puede transformar no solo nuestra salud, sino también la percepción de lo divino al considerar el propio cuerpo como un objeto de fe.
Comparativa de respuestas de chatbots
Mientras ChatGPT y Copilot coincidieron en la importancia de la dieta, el ejercicio y la estimulación mental, Claude AI presentó un enfoque más enciclopédico con estrategias basadas en calorías, dietas específicas y suplementos. Solo Gemini incluyó advertencias legales y recomendó consultar siempre a un profesional médico, subrayando que su propósito es informativo y no sustituye la atención clínica.
Limitaciones y seguridad
Aunque la IA ofrece conocimientos accesibles y consolidados de múltiples fuentes, aún depende de datos agregados y carece de información personalizada. Estas herramientas pueden pasar por alto alergias, condiciones preexistentes o limitaciones físicas. Además, la posibilidad de generar información incorrecta o sesgada (hallucinations) resalta la necesidad de evaluar críticamente sus sugerencias.
La voz de la precaución
Gemini fue el único chatbot que incluyó un descargo de responsabilidad al inicio y al final de su respuesta, advirtiendo que no brinda diagnósticos ni tratamientos médicos. Este recordatorio legal, aunque básico, refuerza la idea de que la IA debe complementar, no reemplazar, la consulta profesional, y que el usuario debe verificar cualquier recomendación con un especialista.
Hacia un futuro más personalizado
A pesar de las advertencias, la visión de Johnson sugiere un futuro donde los algoritmos, alimentados por datos individuales, podrían ofrecer diagnósticos y planes de salud tan precisos como los de un médico. Sin embargo, aún enfrentamos desafíos técnicos, éticos y de privacidad antes de delegar completamente nuestra salud en sistemas de IA.
Reflexión sobre la colaboración humano–IA
La incorporación de ChatGPT y otras plataformas de IA puede enriquecer nuestra búsqueda de bienestar y longevidad al ofrecer recordatorios de hábitos saludables y sugerencias basadas en evidencia, pero siempre debe integrarse con el juicio profesional y la experiencia médica para garantizar un enfoque verdaderamente personalizado y seguro.