Crecimiento inesperado
PG&E, mayor proveedora de electricidad del norte de California, lanzó en abril un estudio de interés que resultó en 4,1 GW adicionales de peticiones de carga, elevando el total potencial a 12,8 GW para este año. La cifra sorprende a analistas que habían descartado el estado por sus altos costos, y posiciona de nuevo a la región como un polo atractivo para inversiones de infraestructura digital.
Nueva demanda
La empresa atiende a 16 millones de personas y a cientos de instalaciones tecnológicas en Silicon Valley. Ahora observa que el perfil de sus clientes cambia: startups de cómputo de alto rendimiento, consorcios de hiperescala y operadores especializados buscan plazos de conexión cada vez más cortos para sostener el auge de servicios basados en IA generativa.
Proyectos más grandes
En 2024 los desarrollos típicos solicitaban de 50 MW a 100 MW; en 2025 los planes escalan a entre 500 MW y 1 000 MW cada uno. Según Mike Medeiros, vicepresidente de South Bay Delivery, la economía de escala y la eficiencia energética favorecen centros gigantes capaces de concentrar miles de GPUs dedicadas al entrenamiento y a la inferencia de modelos lingüísticos avanzados.
Factor inteligencia artificial
El salto de capacidad está directamente ligado al entrenamiento de grandes modelos de lenguaje, incluidos sistemas comparables a ChatGPT, que requieren enormes volúmenes de electricidad de forma continua. Estos complejos deben garantizar no solo potencia, sino también una mezcla de energía baja en carbono para cumplir objetivos de sostenibilidad corporativa y normativas estatales.
Desplazamiento geográfico
A diferencia de la generación anterior, construida en San José o Santa Clara, las nuevas propuestas miran hacia tierra adentro: condados de Contra Costa, Sacramento y Fresno ofrecen terrenos más extensos, menor competencia inmobiliaria y mejor acceso a líneas de transmisión de alta tensión. Este desplazamiento alinea la infraestructura con nodos estratégicos de transporte y fibra óptica.
Retos operativos
PG&E reconoce que no todas las solicitudes llegarán a cristalizar. Los desarrolladores exigen cronogramas de conexión de dos a tres años, mientras que la ampliación de subestaciones y la llegada de transformadores suele tardar más por cuellos de botella globales. Además, la empresa debe equilibrar la carga masiva con las necesidades residenciales y proyectos de electrificación de vehículos, reto que ahora se compara con el despliegue acelerado de soluciones basadas en ChatGPT Mexico para atender la creciente demanda de IA en la región.
Panorama para Latinoamérica
Aunque el fenómeno ocurre al norte, expertos mexicanos señalan una señal alentadora: la región busca posicionarse en la cadena de valor de la IA, desde la fabricación de hardware hasta la operación de data centers near-shore. La experiencia de California demuestra que, con planificación energética y regulación clara, es posible atraer proyectos de alto impacto económico y tecnológico.